Según la mitología griega, Pygmalion dedicaba su vida a su arte. Un día, decidió crear su obra maestra, una estatua de marfil, perfecta en cada detalle, y trabajó en ella con tal pasión y dedicación que la figura se convirtió en su obsesión.
Poco a poco, Pygmalion comenzó a sentir un amor profundo y apasionado por su creación, deseando que la estatua pudiera cobrar vida. Una noche, se arrodilló ante la estatua y le pidió a Afrodita, la diosa del amor y la belleza, que diera vida a su obra maestra. Afrodita, conmovida por el amor y la pasión de Pygmalion, concedió su deseo y transformó la estatua de marfil en un ser vivo y perfecto.
Nuestro estudio lleva el nombre de Pygma en homenaje al escultor.
Creamos a partir de la imaginación, trabajamos con la misma pasión y dedicación, para luego convertir esa pieza en una realidad tangible.